26 de mayo de 2011
enlace a "la cosa y la causa.blogspot.com" que publicó esta nota , ver mas allí
No puedo evitar comentar sobre Beatriz Sarlo en 678. No me banco permanecer en silencio.
Quiero empezar por un concepto que en el programa se maneja en forma contradictoria y que va a haber que revisar por anticipado o por la fuerza de la mala experiencia. Si por un lado se acepta que no hay "periodismo independiente", ¿por qué se espera que alguien que está del otro lado ( del lado miserable y mentiroso) va a venir a debatir honestamente?
Pasa exactamente lo mismo que en un debate entre un ateo y un miembro de la Iglesia, no hay posibilidad de ponerse de acuerdo. Mientras el ateo está dispuesto a dar la vida para que el religioso pueda seguir practicando su religión, el miembro de la Iglesia apenas le perdona la vida con asco, pero no por mucho tiempo, sólo mientras no lo considere una amenaza para los "valores".
En este enfrentamiento colosal que vive la Argentina entre el gobierno y el periodismo de los medios del Grupo Clarín y sus satélites, existen dos sectores claramente identificados: uno dice la verdad y el otro miente. Y no son cosas relativizables. En el post anterior mostré cómo Clarín decía que en la Plaza del cacerolazo corrió sangre, y era una mentira atroz. En todos los programas, 678 mostró hasta el hartazgo que los medios Clarín y satélites mienten.
¿Es necesario recordar el título "La crisis se cobró dos nuevos muertos"? ¿Es necesario demostrar que 678 prueba constantemente las mentiras de Clarín?
Como dijo Barragán, Beatriz Sarlo intentó decir que 678 miente, y ella sabe que no es cierto, y también sabe que Clarín miente. Vino a hacer la operación de equiparar a 678 con Clarín. Ella no se hace cargo de las mentiras de Clarín e intenta poner a 678 en el mismo lugar de Clarín.
Beatriz Sarlo no vino a 678 a debatir honestamente, vino a mostrar sus artes de esgrima en el debate. Artes sucias, adiestradas en los debates en las Asambleas de la Universidad, donde se chicanea todo el tiempo cambiando el eje de lo que dice un crítico, o tapándole la boca. Ese es un arte que se aprende, es un oficio, y ella lo maneja a la perfección.
Cuando alguien le mencionó la cuestión del ADN de los hijos de Noble, ella cortó con navaja el tema afirmando vehementemente que tienen que hacerse el ADN y basta, con eso cortó la intención del que se lo dijo, dejándolo pasmado, y así corrió el eje de lo que se le proponía debatir, que era que diga cómo ella no juzgaba inapropiado trabajar para un medio que elude durante 10 años entregar la muestra a la Justicia y no mencionar jamás el tema a través de ese medio.
No, Beatriz Sarlo no vino a debatir. Vino a mostrar cómo ella puede eludir el debate. Y vaya si lo demostró. Salió indemne como alguien que muestra que es capaz de caminar sobre el fuego sin quemarse los pies. Y no cualquiera se puede arriesgar a hacerlo. Para eso hay que ser un as. Encima se dio el gusto de matratar asquerosamente a Sandra Russo.
Si Sandra no la aplastó, no fue porque no tenía ganas, yo le miraba la cara y rogaba que se contuviera, porque se merecía una escupida en la cara. Sandra se contuvo porque era la anfitriona generosa y estaba obligada a ser amable. Pero me juego lo que quieran que la intención de Beatriz Sarlo era ponerla loca para que la insulte y poder levantarse de la mesa y salir a la calle dejando a 678 marcado como programa violento que maltrató a la intelectual más famosa de la Argentina.
Mi consejo es que no vuelvan a invitar a nadie si no se ejercitan en las artes de evitar la chicana de que se cambie el eje del argumento. ¿Cómo? Esperando la acción sucia, y no paralizándose con la sorpresa. Entendiendo que el otro no va a ser honesto. Acordándose de que el otro viene a defender más que nada los billetes que gana estando en contra del gobierno.
Y por fin, que se convenzan de que los que no quieren el diálogo son ellos, y que si los invitan, sólo va a ser para que muestren a los suyos cómo presitidigitan los argumentos y salen sin heridas.
Para mí no fue un buen programa. Fue, casi diría, doloroso. Se le dio la oportunidad de decir airosa que al león le faltan dientes para morderla. Y eso le va a servir. Se debe haber convertido en el héroe de su camarilla. Magnetto le debe haber aumentado el sueldo, o tal vez le ofrezca la dirección del diario.
Quiero empezar por un concepto que en el programa se maneja en forma contradictoria y que va a haber que revisar por anticipado o por la fuerza de la mala experiencia. Si por un lado se acepta que no hay "periodismo independiente", ¿por qué se espera que alguien que está del otro lado ( del lado miserable y mentiroso) va a venir a debatir honestamente?
Pasa exactamente lo mismo que en un debate entre un ateo y un miembro de la Iglesia, no hay posibilidad de ponerse de acuerdo. Mientras el ateo está dispuesto a dar la vida para que el religioso pueda seguir practicando su religión, el miembro de la Iglesia apenas le perdona la vida con asco, pero no por mucho tiempo, sólo mientras no lo considere una amenaza para los "valores".
En este enfrentamiento colosal que vive la Argentina entre el gobierno y el periodismo de los medios del Grupo Clarín y sus satélites, existen dos sectores claramente identificados: uno dice la verdad y el otro miente. Y no son cosas relativizables. En el post anterior mostré cómo Clarín decía que en la Plaza del cacerolazo corrió sangre, y era una mentira atroz. En todos los programas, 678 mostró hasta el hartazgo que los medios Clarín y satélites mienten.
¿Es necesario recordar el título "La crisis se cobró dos nuevos muertos"? ¿Es necesario demostrar que 678 prueba constantemente las mentiras de Clarín?
Como dijo Barragán, Beatriz Sarlo intentó decir que 678 miente, y ella sabe que no es cierto, y también sabe que Clarín miente. Vino a hacer la operación de equiparar a 678 con Clarín. Ella no se hace cargo de las mentiras de Clarín e intenta poner a 678 en el mismo lugar de Clarín.
Beatriz Sarlo no vino a 678 a debatir honestamente, vino a mostrar sus artes de esgrima en el debate. Artes sucias, adiestradas en los debates en las Asambleas de la Universidad, donde se chicanea todo el tiempo cambiando el eje de lo que dice un crítico, o tapándole la boca. Ese es un arte que se aprende, es un oficio, y ella lo maneja a la perfección.
Cuando alguien le mencionó la cuestión del ADN de los hijos de Noble, ella cortó con navaja el tema afirmando vehementemente que tienen que hacerse el ADN y basta, con eso cortó la intención del que se lo dijo, dejándolo pasmado, y así corrió el eje de lo que se le proponía debatir, que era que diga cómo ella no juzgaba inapropiado trabajar para un medio que elude durante 10 años entregar la muestra a la Justicia y no mencionar jamás el tema a través de ese medio.
No, Beatriz Sarlo no vino a debatir. Vino a mostrar cómo ella puede eludir el debate. Y vaya si lo demostró. Salió indemne como alguien que muestra que es capaz de caminar sobre el fuego sin quemarse los pies. Y no cualquiera se puede arriesgar a hacerlo. Para eso hay que ser un as. Encima se dio el gusto de matratar asquerosamente a Sandra Russo.
Si Sandra no la aplastó, no fue porque no tenía ganas, yo le miraba la cara y rogaba que se contuviera, porque se merecía una escupida en la cara. Sandra se contuvo porque era la anfitriona generosa y estaba obligada a ser amable. Pero me juego lo que quieran que la intención de Beatriz Sarlo era ponerla loca para que la insulte y poder levantarse de la mesa y salir a la calle dejando a 678 marcado como programa violento que maltrató a la intelectual más famosa de la Argentina.
Mi consejo es que no vuelvan a invitar a nadie si no se ejercitan en las artes de evitar la chicana de que se cambie el eje del argumento. ¿Cómo? Esperando la acción sucia, y no paralizándose con la sorpresa. Entendiendo que el otro no va a ser honesto. Acordándose de que el otro viene a defender más que nada los billetes que gana estando en contra del gobierno.
Y por fin, que se convenzan de que los que no quieren el diálogo son ellos, y que si los invitan, sólo va a ser para que muestren a los suyos cómo presitidigitan los argumentos y salen sin heridas.
Para mí no fue un buen programa. Fue, casi diría, doloroso. Se le dio la oportunidad de decir airosa que al león le faltan dientes para morderla. Y eso le va a servir. Se debe haber convertido en el héroe de su camarilla. Magnetto le debe haber aumentado el sueldo, o tal vez le ofrezca la dirección del diario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario