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03-07-2011 / El acuerdo con el colombiano despierta cada vez mayores enojos dentro del radicalismo de Buenos Aires. Los cuadros mediosapuntan al candidato a presidente y a Miguel Bazze, titular del Comité provincial.
A medida que pasan los días y se acerca la fecha de elecciones nacionales, el acuerdofirmado por Ricardo Alfonsín y Francisco de Narváez motiva cada vez mayor descontento en el Comité de la provincia de Buenos Aires de la UCR.
Sobre todo de referentes distritales ycuadros medios, que señalan al hijo del ex presidente como el responsable de haber cedido demasiado espacio al denarvaísmo a la hora de distribuir lugares en las listas de candidatos.
Para esos sectores, que ya venían resistiendo la posibilidad de que la alianza con el Colorado se hiciera realidad, la gota que colmó el vaso fueron distintos compromisos que De Narváez no habría respetado.
Pero desde las bases del radicalismo bonaerense el enojo no es tanto con el titular de Unión Celeste y Blanco, sino sobre todo contra Alfonsín y su delfín Miguel Bazze, recientemente designado presidente del Comité provincial.
Inicialmente, el acuerdo entre alfonsinistas y De Narváez otorgaba a los 41 intendentes pertenecientes a la UCR vía libre para organizar el armado que ellos consideraran adecuado en cada ámbito local.
Como ejemplo de la manera en que De Narváez logró más de lo firmado, los descontentos mencionan el caso del municipio de Benito Juárez, donde el intendente Pedro Gamalieri se vio obligado a ceder espacio a raíz de la fuerte presión de los denarvaístas por lograr concejalías.
Otro problema fue el generado por el cupo femenino, del que De Narváez se adueñó apelando a su influyente agrupación Unidas por Buenos Aires, rama liderada por Mónica López, de Avellaneda.
Como consecuencia de esta avanzada, se quejan los mismos referentes distritales de la UCR, ninguna mujer radical ocupa cargos de relevancia en la provincia. El próximo 30 de julio, cuando se lleve a cabo elPlenario de Mujeres Radicales de Buenos Aires, se espera que las conclusiones den a conocer un documento fuertemente crítico acerca de esa situación.
En el radicalismo bonaerense acusan a Alfonsín directamente de“haberle alquilado” el partido a De Narváez, a cambio del aporte del 60% de los costos de la campaña, y poner a disposición 6 aviones y 2 helicópteros para los traslados.
La razón de ese “alquiler”, sostienen en la mesa chica de la UCR, es queDe Narváez consigue el 20% de los votos necesarios para que Alfonsínllegue a una 2º vuelta en sus aspiraciones nacionales.
Mientras el clima se enrarece progresivamente, distintos rumores adelantan la posibilidad de que, así como Alfonsín se dejó influenciar por elColorado, el hijo del ex presidente también caiga rendido ante los piesde Eduardo Duhalde, y busque desesperadamente sentarse con él en una mesa si llegara a necesitar sus votos para un eventual ballottage.
El encargado radical de lograr ese acuerdo con el ex gobernador bonaerense sería el senador mendocino Ernesto Sanz.
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A medida que pasan los días y se acerca la fecha de elecciones nacionales, el acuerdofirmado por Ricardo Alfonsín y Francisco de Narváez motiva cada vez mayor descontento en el Comité de la provincia de Buenos Aires de la UCR.Sobre todo de referentes distritales ycuadros medios, que señalan al hijo del ex presidente como el responsable de haber cedido demasiado espacio al denarvaísmo a la hora de distribuir lugares en las listas de candidatos.
Para esos sectores, que ya venían resistiendo la posibilidad de que la alianza con el Colorado se hiciera realidad, la gota que colmó el vaso fueron distintos compromisos que De Narváez no habría respetado.
Pero desde las bases del radicalismo bonaerense el enojo no es tanto con el titular de Unión Celeste y Blanco, sino sobre todo contra Alfonsín y su delfín Miguel Bazze, recientemente designado presidente del Comité provincial.
Inicialmente, el acuerdo entre alfonsinistas y De Narváez otorgaba a los 41 intendentes pertenecientes a la UCR vía libre para organizar el armado que ellos consideraran adecuado en cada ámbito local.
Como ejemplo de la manera en que De Narváez logró más de lo firmado, los descontentos mencionan el caso del municipio de Benito Juárez, donde el intendente Pedro Gamalieri se vio obligado a ceder espacio a raíz de la fuerte presión de los denarvaístas por lograr concejalías.
Otro problema fue el generado por el cupo femenino, del que De Narváez se adueñó apelando a su influyente agrupación Unidas por Buenos Aires, rama liderada por Mónica López, de Avellaneda.
Como consecuencia de esta avanzada, se quejan los mismos referentes distritales de la UCR, ninguna mujer radical ocupa cargos de relevancia en la provincia. El próximo 30 de julio, cuando se lleve a cabo elPlenario de Mujeres Radicales de Buenos Aires, se espera que las conclusiones den a conocer un documento fuertemente crítico acerca de esa situación.
En el radicalismo bonaerense acusan a Alfonsín directamente de“haberle alquilado” el partido a De Narváez, a cambio del aporte del 60% de los costos de la campaña, y poner a disposición 6 aviones y 2 helicópteros para los traslados.
La razón de ese “alquiler”, sostienen en la mesa chica de la UCR, es queDe Narváez consigue el 20% de los votos necesarios para que Alfonsínllegue a una 2º vuelta en sus aspiraciones nacionales.
Mientras el clima se enrarece progresivamente, distintos rumores adelantan la posibilidad de que, así como Alfonsín se dejó influenciar por elColorado, el hijo del ex presidente también caiga rendido ante los piesde Eduardo Duhalde, y busque desesperadamente sentarse con él en una mesa si llegara a necesitar sus votos para un eventual ballottage.
El encargado radical de lograr ese acuerdo con el ex gobernador bonaerense sería el senador mendocino Ernesto Sanz.
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