10|07|2011
Son una cuarta parte de la población mundial. Comprenden un sesenta por ciento del continente euroasiático y no aceptaron la solicitud estadounidense para asistir como oyente a las cumbres. La Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) fue creada con el fin de combatir el terrorismo y el separatismo, sin embargo no hay análisis que no la vea como un bloque militar dispuesto a hacerle frente a la OTAN.
Catalogada como una Organización Intergubernamental, la OCS fue conformada el 14 de junio del 2001 por los lideres de la Republica Popular China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán; los dos primeros lideran el grupo y sus acciones.
Los orígenes de esta unión datan de más de veinte años. Con el fin de reducir tensiones fronterizas y militares en la zona, los países que hoy integran la OCS (exceptuando Uzbekistán) firmaron en los ochenta el llamado Tratado de
Cooperación “Cuatro más uno” -China era el único que no pertenecía a la Unión Sovietica-.
Disuelta la URSS, en abril de 1996, “Los cinco de Shangai” pusieron en marcha numerosos acuerdos de desmilitarización y desarme en función de que la guerra fría había terminado. Comenzaba a entenderse el llamado “Espíritu de Shangai”, caracterizado por la confianza mutua, la obtención de ventajas y ayuda conjunta, la igualdad, el respeto a la diversidad cultural y el deseo de un desarrollo conjunto.
En 2001, con la entrada de Uzbekistán, la organización se constituyó OCS como tal, comenzaron las practicas militares conjuntas y los objetivos fueron puestos en claro:“proteger la seguridad regional de amenazas terroristas, separatistas o extremistas”.
Somos los que somos
En los años 2004 y 2005, los líderes de Mongolia, Pakistán, India e Irán fueron invitados como observadores de la cumbre. Aunque todos ellos se manifestaron deseosos de integrar tal bloque, la OCS se muestra reticente a agregar nuevos miembros. “Una sobre-expansión de la organización podría ser perjudicial para la intensificación de la cooperación”, definió el Secretario General Zhang Deguang.
Un dato no menor es que en caso de que los países observadores se sumasen al grupo, la OCS representaría a más de un tercio de la población mundial.
Al oeste, Bielorrusia solicitó el estatus de miembro observador y le fue negado luego de que el Ministro de Defensa ruso, Sergéi Ivánov, se mostrara en contra al caracterizar a dicha nación como un país puramente europeo. La participación como observador también fue pedida en el 2005 por Estados Unidos. El no fue unánime.
Armas de juguete
En materia económica, desde la misma OCS se firmó un acuerdo marco para fomentar la cooperación económica entre los Estados participantes; en combinación con la creación de una zona de libre comercio. Se señalaron 100 medidas concretas que debían aplicarse a corto plazo para facilitar el intercambio de mercancías en la región.
Con la pretensión de fomentar la cooperación cultural, los ministros de cultura de los países miembros se reunieron por primera vez en Pekín en 2002. Desde entonces las cumbres de la OCS se han acompañado de muestras de arte y festivales culturales.
Pero, sin ir más lejos, una de las facetas que más preocupa a Estados Unidos es lapotencia armada de los (ahora) Seis de Shangai. Las semejanzas con un bloque como la OTAN despiertan dudas acerca del verdadero objetivo que la OCS persigue.
De las prácticas militares en conjunto que se hacen año a año se destaca la llamada“Misión de Paz”. La edición de 2010 llamó la atención de la prensa. Más que una pequeña ciudad ocupada por un grupo terrorista al cual las tropas de la OCS debían neutralizar, el ejercicio pareció un enfrentamiento contra un pequeño ejército debido al arsenal otorgado a cada bando.
Así, al argumento de la Organización de Cooperación de Shanghai que afirma que no es una alianza hecha contra otras naciones o regiones y se adhiere al principio de transparencia, se contraponen los análisis políticos que ven en la OCS un contrapeso a la OTAN y a Estados Unidos.
Otro rol no oficial de la OCS sería el de evitar conflictos que motiven la intervención estadounidense en regiones limítrofes con Rusia y China. Por ejemplo, luego de que las guerras en Afganistán e Iraq hayan conducido a una presencia de tropas estadounidenses en Uzbekistán, Tayikistán y Kirguizistán, el bloque de Shangai hizo un llamamiento para el establecer una fecha de retirada de las mismas.
La Organización de Cooperación de Shanghai, desde los primeros días de la invasión a Irak, expresa su convencimiento de establecer un mundo multipolar, en contraposición a las políticas imperialistas de Estados Unidos. Rusia y China, a la cabeza de la organización, insisten en este eje en cada una de las cumbres realizadas.
Hace unos veinte años que en los juegos de guerra “el malo”, el que hay que matar, o el ejército sobre el cual hay que avanzar es ruso o chino; es que las construcciones ideológicas se dan en los campos menos pensados. La OCS, tan legítima como la OTAN, es un ámbito en el que el imperio no logra encontrar ejes criticables y tiembla. Tiembla ante la posibilidad de que puedan hacerle sombra.
Catalogada como una Organización Intergubernamental, la OCS fue conformada el 14 de junio del 2001 por los lideres de la Republica Popular China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán; los dos primeros lideran el grupo y sus acciones.
Los orígenes de esta unión datan de más de veinte años. Con el fin de reducir tensiones fronterizas y militares en la zona, los países que hoy integran la OCS (exceptuando Uzbekistán) firmaron en los ochenta el llamado Tratado de
Cooperación “Cuatro más uno” -China era el único que no pertenecía a la Unión Sovietica-.
Disuelta la URSS, en abril de 1996, “Los cinco de Shangai” pusieron en marcha numerosos acuerdos de desmilitarización y desarme en función de que la guerra fría había terminado. Comenzaba a entenderse el llamado “Espíritu de Shangai”, caracterizado por la confianza mutua, la obtención de ventajas y ayuda conjunta, la igualdad, el respeto a la diversidad cultural y el deseo de un desarrollo conjunto.
En 2001, con la entrada de Uzbekistán, la organización se constituyó OCS como tal, comenzaron las practicas militares conjuntas y los objetivos fueron puestos en claro:“proteger la seguridad regional de amenazas terroristas, separatistas o extremistas”.
Somos los que somos
En los años 2004 y 2005, los líderes de Mongolia, Pakistán, India e Irán fueron invitados como observadores de la cumbre. Aunque todos ellos se manifestaron deseosos de integrar tal bloque, la OCS se muestra reticente a agregar nuevos miembros. “Una sobre-expansión de la organización podría ser perjudicial para la intensificación de la cooperación”, definió el Secretario General Zhang Deguang.
Un dato no menor es que en caso de que los países observadores se sumasen al grupo, la OCS representaría a más de un tercio de la población mundial.
Al oeste, Bielorrusia solicitó el estatus de miembro observador y le fue negado luego de que el Ministro de Defensa ruso, Sergéi Ivánov, se mostrara en contra al caracterizar a dicha nación como un país puramente europeo. La participación como observador también fue pedida en el 2005 por Estados Unidos. El no fue unánime.
Armas de juguete
En materia económica, desde la misma OCS se firmó un acuerdo marco para fomentar la cooperación económica entre los Estados participantes; en combinación con la creación de una zona de libre comercio. Se señalaron 100 medidas concretas que debían aplicarse a corto plazo para facilitar el intercambio de mercancías en la región.
Con la pretensión de fomentar la cooperación cultural, los ministros de cultura de los países miembros se reunieron por primera vez en Pekín en 2002. Desde entonces las cumbres de la OCS se han acompañado de muestras de arte y festivales culturales.
Pero, sin ir más lejos, una de las facetas que más preocupa a Estados Unidos es lapotencia armada de los (ahora) Seis de Shangai. Las semejanzas con un bloque como la OTAN despiertan dudas acerca del verdadero objetivo que la OCS persigue.
De las prácticas militares en conjunto que se hacen año a año se destaca la llamada“Misión de Paz”. La edición de 2010 llamó la atención de la prensa. Más que una pequeña ciudad ocupada por un grupo terrorista al cual las tropas de la OCS debían neutralizar, el ejercicio pareció un enfrentamiento contra un pequeño ejército debido al arsenal otorgado a cada bando.
Así, al argumento de la Organización de Cooperación de Shanghai que afirma que no es una alianza hecha contra otras naciones o regiones y se adhiere al principio de transparencia, se contraponen los análisis políticos que ven en la OCS un contrapeso a la OTAN y a Estados Unidos.
Otro rol no oficial de la OCS sería el de evitar conflictos que motiven la intervención estadounidense en regiones limítrofes con Rusia y China. Por ejemplo, luego de que las guerras en Afganistán e Iraq hayan conducido a una presencia de tropas estadounidenses en Uzbekistán, Tayikistán y Kirguizistán, el bloque de Shangai hizo un llamamiento para el establecer una fecha de retirada de las mismas.
La Organización de Cooperación de Shanghai, desde los primeros días de la invasión a Irak, expresa su convencimiento de establecer un mundo multipolar, en contraposición a las políticas imperialistas de Estados Unidos. Rusia y China, a la cabeza de la organización, insisten en este eje en cada una de las cumbres realizadas.
Hace unos veinte años que en los juegos de guerra “el malo”, el que hay que matar, o el ejército sobre el cual hay que avanzar es ruso o chino; es que las construcciones ideológicas se dan en los campos menos pensados. La OCS, tan legítima como la OTAN, es un ámbito en el que el imperio no logra encontrar ejes criticables y tiembla. Tiembla ante la posibilidad de que puedan hacerle sombra.
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