Los aportes conceptuales de los compañeros es inagotable y una fuente de informacion que sirve
para contrarrestar los latigullos simplistas que se repiten in voce y al mejor postor.
En esta ocasion una doble gratitud: a quien lo elaboro y a Raul que tuvo la gentileza de enviarmelo.
Es nuestro modesto aporte a la verdad informativa, rompiendo el bloqueo de los grandes medios de informacion: elaborar, contextualizar y difundir.
TiBU
-------- Mensaje original --------
De: | Raul Omar |
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Para: |
ACERCA DEL PARO GENERAL Y DEL IMPUESTO A LAS GANANCIAS
Las mentiras del discurso hegemónico en 5 puntos esclarecedores
Juan Ignacio Pividori: CPN y Magíster en administración pública
Tras un supuesto reclamo justo, Moyano, al igual que otros dirigentes sindicales, enarbolan la bandera de la supresión del mínimo no imponible en el impuesto a las ganancias y el cobro de asignaciones familiares sin topes. Tratare de desnudar este pretendido discurso progresista con datos reales y concretos, para ver como las fuerzas neoliberales siguen agazapadas esperando dar el golpe de muerte a un gobierno popular.
1) Moyano dice que jamás un gobierno peronista le cobró a los trabajadores. Es mentira. Hagamos historia: el impuesto a las ganancias nace en 1932 bajo el nombre impuesto a los réditos y fue instaurado por el gobierno conservador de aquella época. Es uno de los primeros avances sobre las provincias, debido a que hasta ese momento la mayor recaudación del estado nacional (gobernada por los conservadores de la década infame) provenía de los impuestos aduaneros. Con la crisis del 30 esto se revierte, pasando la Nación a cobrar impuestos que les correspondía a las provincias, mediante un fallo histórico de la corte de aquella época que interpretó que la Nación podía cobrar impuestos directos por un tiempo limitado. De allí que periódicamente el congreso deba prorrogar este impuesto
En el año 1973 fue Perón quien modifica el impuesto a los réditos por el de ganancias, imponiendo cuatro categorías para su cobro: Rentas de la tierra, de los capitales, de las empresas y del trabajo personal en sus diferentes formas (asalariados, profesionales, cuantapropistas)
El nombre que se le dio no es menor, ni una simple cuestión semántica, porque debido a ello es la gran confusión que produce entre los mortales comunes y que es aprovechado por los medios hegemónicos para bombardear al gobierno. No quiero caer en cuestiones técnicas para no aburrir, pero debo aclarar que la ley dice: “ARTICULO 2° - A los efectos de esta ley son ganancias, sin perjuicio de lo dispuesto especialmente en cada categoría y aun cuando no se indiquen en ellas: 1- Los rendimientos, rentas o enriquecimientos susceptibles de una periodicidad que implique la permanencia de la fuente que los produce y su habilitación..”
Económicamente se entiende por renta el flujo de dinero que perciben los factores de la producción, es decir los capitalistas (bajo la forma de intereses, dividendos y/o utilidades) y los trabajadores (salarios, jornales, honorarios). Es decir que más allá de la confusión en el nombre, es claro que el espíritu de la ley dictada por el gobierno peronista apuntaba a gravar a aquellos sectores sociales (en el marco del aún vigente estado de bienestar) que tenían suficientes ingresos como para contribuir al sostenimiento del estado.
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