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domingo, 16 de septiembre de 2012

"Técnica del golpe de estado", " la tapa de la revista Noticias y los cacerolazos "- publicado por Pájaro Rojo - que reproduzco aquí - Para tomar debida nota de lo que pretenden algunos opositores hoy en Argentina


Me lo manda un compañero lo tomó de Facebook. Lo "guglié" y me sale que salió publicado en la página de Radio Nacional, pero no encuentro exactamente dónde. Así que espero que algún lector me desasne acerca de quien es el autor, para consignarlo. Apunto que "Técnicas..." fue recientemente republicado por el sello Tolemia después de muchos años de ser inhallable. Con un plus: un prólogo del gran Teodoro Boot.


Curzio Malaparte (seudónimo de Kurt Erich Suckert) escritor italiano publicó en 1931 su libro "Técnica del Golpe de Estado" recopilando información de diversos golpes de estado realizados en Europa, a los que describe con extraordinaria lucidez desnudando sus técnicas de realización.
Malaparte sostiene, y no sin falta de razón, que un golpe de estado solo requiere la participación de "mil técnicos" que actúan bloqueando todas las capacidades del estado al que se golpea y difundiendo noticias no siempre veraces que mantienen en la neutralidad a la mayoría de la población o las hacen aceptar pacíficamente la nueva situación surgida del golpe de estado resultando de este modo que el hecho relevante que la historia marca como el momento cumbre del golpe de estado como fue la disolución de la Asamblea Nacional por Napoleón el 18 de Brumario o la toma del palacio de la Táuride por el Ejército Rojo durante la Revolución Rusa no fueron nada más que simples concesiones a la estética permitidas por Napoleón y Trosky respectivamente.
Si bien las modalidades conceptuales de los golpes no han cambiado, en la actualidad los golpes de estado se realizan a través de las cadenas de desinformación internacionales y locales asociadas o integradas, las redes sociales y los expertos en acción psicológica y consultores de prensa y comunicación, al estilo Durán Barba y cuenta especialmente con la participación de renombrados periodistas cooptados a tal fin.
Generalmente se comienza por la imposición de algunas ideas fuerza que movilizan a una vanguardia ideológica que sintoniza con dichas ideas aunque mejor aún con alguna patología determinada.
Ejemplo: La famosa tapa de la Revista Noticias "golpea" sobre la supuesta capacidad de goce que el poder le generaría a la Presidenta Cristina Fernández.
Esta portada mas allá de su finalidad de provocar mayores ventas es funcional a generar la reacción de gente con problemas físicos o psicológicos con el goce sexual, reprimidos y fundamentalistas ultramontanos. Dado que la identificación con el goce provoca pulsiones contrarias es fácil observar el nivel de odio y crispación manifestado en este núcleo duro.
Este núcleo duro pequeño por definición no alcanza de ningún modo a ser representativo de la sociedad en su conjunto ni siquiera de sectores relevantes, por lo que es fundamental complementarlo a través de convocatorias mas amplias y poco precisas cómo "seguridad", "libertad" etc. Valores universales y ponderables en sí mismos pero no necesariamente asociados a una situación concreta, como lo representa el hecho de pedir "libertad" cuando nadie impide que puedan decir lo que se les antoja.

Luego los medios de comunicación asociados a la operación se encargan de "recortar" los mejores planos de las marchas, difundir el amplio muestrario de los participantes dónde se intentará de cualquier modo exhibirlos como representativos de la sociedad toda y amplificarlos hacia las cadenas internacionales, para luego retomar la "información" por ellos mismos generada y hacerla aparecer como la visión que el mundo tiene de los que pasa en este caso en Argentina.

Estas maniobras no necesitan la presencia de líderes opositores, es más, es recomendable que no participen dado que es mejor una consigna vaga que un político que como ser humano es falible por definición y nunca representativo de un colectivo en su completa extensión.

El público de estas convocatorias se compone así de una porción de "indignados" manipulados a través de sus pulsiones recónditas y una porción de partícipes necesarios inconscientes de la verdadera finalidad de las protestas y motivados por lo que consideran justo (puede serlo o no, esto es indistinto para la finalidad buscada, lo que importa es que ellos crean que es justo)

La campaña sigue con el fogoneo de la idea que el gobierno constituido es "sordo" a los reclamos y que no dialoga, lo cual nuevamente es indistinto en cuanto a su veracidad para los fines desestabilizadores, dado que si el gobierno dialogara sobre los reclamos, la campaña viraría hacia lo tardío de esa decisión y falta de fortaleza que significa retractarse y si no lo hace demuestra entonces precisamente su falta de diálogo.

El paso siguiente es ampliar el nivel de simpatía, adherencia y participación a través de la conversión de los indiferentes que serán abrumados por todos los medios posibles acerca de la legitimidad de los reclamos.

La frecuencia de las "protestas" se va haciendo cada vez mas intensas y termina con un gran acto de movilización permanente hasta que "la cosa cambie" generalmente ocupando un espacio público simbólico.

La presión puede actuar sobre los representantes del pueblo de manera "genuina" es decir resultar "idiotas útiles" a la operación o bien ser sobornados o ambas cosas a la vez. Ejemplo el derrocamiento del Presidente Lugo en Paraguay, que partió de un hecho supuestamente atribuido al gobierno o su impericia, el fogoneo de la indignación, las consignas vagas movilizadoras y finalmente el juicio político sumarísimo y sin garantías de legítima defensa.

En este punto los poderes constituidos y los sectores que los respaldan pueden reaccionar de forma violenta ante los que proponen su recambio, lo cual será usado por los medios de comunicación cómplices o artífices del golpe como demostración de la supuesta dictadura en la que el país vive. Imágenes de muertos o heridos por el régimen (sean reales o no) sirven a esta finalidad e incrementan la indignación y la oleada de violencia.

El paso final de los desestabilizadores es ser víctimas la misma represión que ellos buscan por todos los medios y solicitar así eventualmente la ayuda internacional para liberar la patria del yugo opresor, facilitando precisamente la opresión del país, pero por manos de las fuerzas invasoras en asociación con los factores locales participantes, como en Libia, y actualmente en Siria.

Es importante destacar la total indiferencia de los mecanismos aplicados a la realidad objetiva a los que se la aplica. El gobierno a destituir puede ser una dictadura o no, pero lo que se busca es la imponer la percepción de que si lo es. 

Las técnicas se aplican con las pequeñas variantes culturales según se trate de Argentina, Venezuela, Ecuador, o Paraguay.


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