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http://elmagma.blogspot.com.ar/2015/06/metrobus-norte-sube-mi-voiture.html
Metrobus Norte: Sube a mi voiture...
Después de una semana de uso del Metrobus Norte en Vicente Lopez podemos sacar algunas conclusiones. Antes de la obra recorríamos los 2,3 kilómetros de la Avenida Maipu en unos 11/14 minutos dependiendo del día y los semáforos. Ahora con el Metrobus Norte nunca tenemos un promedio de 14 minutos. Para este progreso hubo que bancarse 6 meses y medio de obra durante la cual tardamos entre 45 y 50 minutos para recorrer el mismo tramo.
Para quien no la conoce la Av. Maipu es (era) una avenida ancha de 8 carriles amplios. Los 8 carriles siguen estando con el ancho justo de un colectivo de linea. Las paradas que eran cada 2 cuadras ahora se extendieron a 4 y en el medio quedo un mamotreto de cemento, metal y acrílico que vaya uno a saber cuanto costo (igual no nos quejamos porque lo pagaron los porteños a cambio de que nuestro distrito le sirva de salida de su agua de lluvia) pero que ahora hay que mantener. Y eso si es caro.
En el cambio se perdieron cientos de lugares de estacionamiento (que ahora colapsan las mucho mas angostas calles interiores), y se redirigió el transito desde y hacia la capital hacia los barrios. Dicho en castellano, los baqueanos nos mandamos por adentro para evitar la avenida lo que es recibido en los barrios con gran algarabía pues nunca había costado tanto cruzar la calle Avellaneda (por decir una). Un golazo. Bueno, al lado del subtrenmotocleta, un golazo.
Como mueca siniestra de la suerte, como símbolo indeseado, el Metrobus Norte termina justo donde comienza la Residencia Presidencial de Olivos. El hogar de la señora. Ahí, justo ahí, el transito empieza a acelerarse para volverse fluido. Justicia poética. Nemesis vengadora.
Para quien no la conoce la Av. Maipu es (era) una avenida ancha de 8 carriles amplios. Los 8 carriles siguen estando con el ancho justo de un colectivo de linea. Las paradas que eran cada 2 cuadras ahora se extendieron a 4 y en el medio quedo un mamotreto de cemento, metal y acrílico que vaya uno a saber cuanto costo (igual no nos quejamos porque lo pagaron los porteños a cambio de que nuestro distrito le sirva de salida de su agua de lluvia) pero que ahora hay que mantener. Y eso si es caro.
En el cambio se perdieron cientos de lugares de estacionamiento (que ahora colapsan las mucho mas angostas calles interiores), y se redirigió el transito desde y hacia la capital hacia los barrios. Dicho en castellano, los baqueanos nos mandamos por adentro para evitar la avenida lo que es recibido en los barrios con gran algarabía pues nunca había costado tanto cruzar la calle Avellaneda (por decir una). Un golazo. Bueno, al lado del subtrenmotocleta, un golazo.
Como mueca siniestra de la suerte, como símbolo indeseado, el Metrobus Norte termina justo donde comienza la Residencia Presidencial de Olivos. El hogar de la señora. Ahí, justo ahí, el transito empieza a acelerarse para volverse fluido. Justicia poética. Nemesis vengadora.
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