por Jorge Giles
14–05–2012 /
La misma noche que
Cristina Kirchner recibía los votos del 54 % del electorado,
sus enemigos decidían la estrategia para los próximos años en el intento de llegar con chances a las presidenciales del 2015.
De eso hablan los diarios Clarín y La Nación este domingo.
El 23 de octubre de 2011 el alto mando opositor veía sus piezas ubicadas en la mesa de arena, patas para arriba, destartaladas, desorientadas, desubicadas.
“¿Y ahora?” se preguntaron y un tal Magnetorespondía con un bramido agrio y mandón: “Ahora vamos por líneas interiores”.
De esto hablarán los diarios del monopolio de aquí en más.
La derrotada “Operación Cobos” fue apenas un ensayo de lo que se viene.
No hay oposición creíble.
Nos equivocaríamos si pensamos que Mauricio Macri es el candidato exclusivo y excluyente del poder económico concentrado, ese poder de la derecha procesista, el indulto a los genocidas y la derogación de la ley de medios, el matrimonio igualitario y la Asignación Universal por Hijo.
Las corporaciones lo protegerán como lo hicieron hasta hoy. Pero si resulta ineficiente para gobernar y no junta más votos que los de la tilinguería del PRO, no habrá pacto de negocios que lo salve de la hoguera de sus propios socios.
Algo de eso ya se está viendo.
Aquí no disputan personas, disputan proyectos de país. De eso se trata.
A ver ¿es casualidad que en estos dos últimos meses arreciaran las tapas y las editoriales del monopolio mediático elevando a la categoría de “mártires” de la república a Daniel Scioli, Hugo Moyano, Momo Venegas, Alberto Fernández?
¿Es casualidad que le pongan alfombra roja en los programas de TN diez veces más a estos referentes que a los propios miembros de la oposición política republicana?
Tenemos una respuesta, pero pensemos entre todos.
Si así son las cosas es de presumir que ahora vendrán a manotear por líneas interiores del movimiento nacional y apurar los tiempos electorales.
Caída la carta de Cobos, Carrió, los radicales de cualquier pelaje y posiblemente elpropio Macri, intentarán horadar por adentro del amplio y complejo espacio kirchnerista.
Si les sale bien la jugada, se ilusionan, dividirán para reinar como lo hicieron hasta el 2003 y de paso cañazo, asestarían un golpe destituyente al modelo gobernante.
¿Qué hacer?
El gobierno, gobernar.
Y los ciudadanos, fortalecer el gobierno popular desde cada casa, desde las escuelas, las universidades, las fábricas, las verdulerías y el supermercado, desde el corazón de cada argentino que sabe que Cristina es Presidenta de los 40 millones porque lidera un proyecto de país que tiene nombre propio: nacional, popular y democrático.
Digan lo que digan, el proyecto no se mancha.
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