" ¿Como voy a sentirme la próxima vez que me encuentre con algún amigo, con algún conocido, con algún compañero de senda de tiempos pasados, si él o ella, adhiere a la marcha de "esos" fiscales?. La marcha contra nosotros todos, una marcha sin toga pero con capucha, no una marcha de fiscales sino de verdugos. " - nota de Anibal Kesselman en facebook - no te la pierdas

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Anibal Kesselman

TENGO MIEDO...!!!

Lo mio siempre ha sido el sentir. No soy ni un intelectual ni un tipo brillante.
Soy uno al que le cuesta mucho trabajo el poder redondear una idea, redondearla y poderla contar.
Envidio a los tipos brillantes, pero los admiro si piensan y sienten las cosas honestamente.
Lo mio es sentir las cosas. Mis pensamientos no pueden pasar por encima de mis sentires. 
Por eso tengo miedo. 
Tengo miedo de que se rompan amistades y sin quererlo, quede enfrentado a quienes aprecio.
Pero no puedo quedarme al margen. 
No puedo hacer como que no me afecta.
Hay situaciones en las que no me puedo quedar al margen. Y ésta es una de ellas.
¿Como voy a sentirme la próxima vez que me encuentre con algún amigo, con algún conocido, con algún compañero de senda de tiempos pasados, si él o ella, adhiere a la marcha de "esos" fiscales?. La marcha contra nosotros todos, una marcha sin toga pero con capucha, no una marcha de fiscales sino de verdugos. 
Hace un tiempo escribí sobre el "entregador". 
El entregador era un carnero viejo, que en un frigorífico donde se faenaban cientos de corderos diariamente, cumplía una función especial. Las ovejas llegaban en los camiones de transporte de ganado, y se resistían a pasar del camión al corral, y más aún se resistían a pasar del corral a la manga que las llevaba al matadero.
Por eso el "entregador" se mezclaba con ellas, y las conducía por la manga poniéndose al frente, hasta la misma entrada al matadero, pero no entraba, se desviaba por un costado, dejando que el rebaño siguiera su destino final: La muerte.
Por supuesto, el "entregador" volvía a los corrales, y repetía su labor hasta guiar la última oveja, y quedaba luego en los corrales hasta el día siguiente, para volver a guiar las ovejas al matadero.
A pesar de los años que pasaron de mi visita a ese frigorífico, más de una vez me viene a la memoria aquel viejo carnero.
Me aparece su imagen cuando escucho algunos discursos, cuando leo algunos comentarios, cuando veo a personajes que viven de la traición sistemática de todos nosotros.
Por eso tengo miedo.
¿Qué voy a sentir cuando algún conocido, amigo o pariente, camine junto a "esos" fiscales, "esos" candidatos, "esos" que nos proponen volver al pasado de la entrega, de la marginalidad, de la dependencia, de la infamia, de la violencia y de la impunidad?.
No voy a caer en la estupidez de creer que todos los que concurran a la marcha son mis enemigos, porque no lo son.
Tampoco dejaré de saludarlos. 
No quiero que piensen que los tildo de ovejas por lo que aquí cuento.
Solo creo que se equivocan. Que los están empujando al equívoco con engaños.
Solo culpo a los "entregadores".
Mi abuela me dijo un día: "dime con quien andas y te diré quien eres".
Un amigo me dijo hace poco: "mira con quien andas, y recuerda quien es...".
Tengo miedo de que puedas haber perdido la memoria.