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domingo, 8 de marzo de 2015

El opa solemne de medio pelo - " Dentro de la categoría de opas se encuentran los del “Medio Pelo”, en camino de ser “Auténticos”, por lo general es varón, a los cuales podemos considerar un opa muy pintoresco ya que representa un personaje desesperado por ser algo que no es. "

Opinión - Septiembre 25 de 2014 - 00:56:00

En Salta tenemos una gran variedad de opas. Y dentro de cada categoría hay una infinidad de subdivisiones.

Están los opas opas – los opas pícaros – los opas dei – los opas solemnes – los opas cultos – los opas pendeviejos y así una lista interminable de oparrones que hacen a la fauna y a la flora de una de las provincias más ricas en maravillas culturales, sociales y anecdóticas.

En primera instancia debemos empezar diciendo que el opa solemne auténtico es el portador de un falso doble apellido de reconocida alcurnia y nobleza salteña, acuñado a fuego de fusiles y cañones de la independencia, teniendo como singular característica un antepasado heroico de las lides que dieron principio a nuestra patria. Este opa es absulatamente falso, como veremos más adelante, ya que el salteño bien nacido no necesita ostentar… en definitiva, es lo que es.

Dentro de la categoría de estos opas se encuentra los del “Medio Pelo”, en camino de ser “Auténticos”, por lo general es varón, a los cuales podemos considerar un opa muy pintoresco ya que representa un personaje desesperado por ser algo que no es.

Esta categoría de gente existe en todo el mundo, no es para nada un invento salteño, pero sus peculiaridades son tan extravagantes y atrevidas que lo hacen muy especial.

Se los reconoce primero por su atuendo: camisa cuadrillé de manga larga, pantalón vaquero de muy fina marca, zapatos mocasines tipo Guido y bléiser azul con un bello escudito o pin de aprobado club de rugby. El cinto debe ser necesariamente de cuero crudo blanquecino bordado con tiento. La hebilla artesanal de plata tiene motivo telúrico, remata la cinchadura con fino cuentaganado donde cuelga la llave electrónica de un automóvil que se precie.

Como dice el dicho “más papista que el Papa…” el opa impostado es mucho más recalcitrante que el genuino y su caricaturesca figura necesita ser analizada paso a paso.

Como es menester debe encontrar en su profuso y confuso árbol genealógico algún apellido que suene a los impactantes y sumarlo con descaro al que por desgracia tiene en su documento.

Como su falso abolengo es tan recalcitrante que suele caminar siempre con la cabeza mirando para arriba como quién mira por la nariz tipo periscopio y de paso huele aires más puros que los que suelen aspirar los meros mortales.

Así es como, del día a la noche, se hace presente en reuniones culturales, único puerto de entrada a la opería alcurniosa y parte y reparte tarjetas de alto gramaje con su rimbombante doble apellido, al cual siempre está dispuesto explicar con lujo de detalles de donde viene sin saber “pa´donde” va.

Cuando encuentra un genuino opa de este linaje se hace alfombra, felpudo o toallita de baño si es necesario, para comprar su amistad.

Posee una memoria prodigiosa y se conoce de cabo a rabo todos los apellidos bonitos, sus enjambradas combinaciones y hasta los pormenores más secretos y escondidos. Tanto es así que cuando se encuentra con cualquier desprevenido lo primero que le pregunta es hijo de quién es… cosa de evaluar la importancia de darle corte o despedirlo sin miramientos.

Su primer gran objetivo es llegar a ser socio del club social que recuerda la fecha de la batalla de Salta. Sin esta necesaria cuestión está condenado al más profundo infierno.

Ya logrado su primer gran paso necesita comprarse ropas de gaucho y si goza de unos pesitos lo destinará a conseguirse una bonita cabalgadura peruana de paso ampuloso ya que no puede seguir su escala a la gloria si no desfila “pal 17”.

Con tener un mísero terrenito y una casa prefabricada fuera de la ciudad ya se convierte en un poderoso terrateniente, condición que suma puntos a la triste figura y le permitirá sumarse a algún fortín gaucho bien campero.

Escribir un libro es más que necesario, así que de sacha escritor a historiador hay un paso, de todas maneras le da igual ya que nadie se tomará el supremo sacrificio de leerlo. Por ahí, hasta se entusiasma y reconstruye su abolengo genealógico rozándolo sin querer con el del General Güemes o el de Señor del Milagro… paroxismo paradigmático de todo opa solemne.

Son por lo general milicos fustrados, derechosos, occidentales y cristianos, conocen de armas, caza mayor y montañismo, en las reuniones vociferan con frondosa creatividad hazañas nunca ocurridas en las cuales son protagonistas. Indiana Jones es un pobre yuyo comparado con ellos. Lo cierto es que sufren de vértigo, son alérgicos a los mosquitos y lo máximo que llegaron a ser fue boy scout de parroquia.

Todo opa de esta línea, debe necesariamente ser un consumado come hostias… no falta ni loco a la misa de 11,30 de San Francisco donde podrá lucir su cara ropa dominguera comprada en la feria americana. En este sentido… si es bendecido por Salamanca y la diosa fortuna y con gran dificultad, por ahí, quien sabe, también pueden llegar a ser un “Opas Dei”.

Para terminar, su mayor anhelo y el tocar el cielo con las manos será, luego de años de sacrificio, agachadas y mentiras, casarse con una “opa solemne” venida a menos y poder ¡por finnnn! ser un auténtico opa solemne.

Cosa de mandinga… ¿que no?

El Diario de Salta

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