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jueves, 19 de marzo de 2015
El Colo y los ñoquis
Luego del fiasco del Alica Alicate, y su plan de seguridad ("Tengo un plan"), Francisco De Narváez, ahora aliado de Sergio Massa, encontró un nuevo slogan: "Ñoquis Cero".
Y la emprendió principalmente contra los docentes de la provincia de Buenos Aires, para la cual se candidatea para ser finalmente gobernador, como siempre soñó (no puede presentarse a presidente por su nacionalidad colombiana).
Es decir, el Colorado pasó de supuestamente perseguir a delincuentes (se desconoce en qué terminó el mapa del delito que proponía en 2009) a hostigar a los trabajadores de la Educación, a los que acusó (en diversas notas de posicionamiento sin repreguntas), además de vagos, de no estar formados, tener una baja productividad (toda una definición ideológica) y escapar al debate.
Veamos el desempeño de De Narváez como empleado público. Como integrante de la Cámara de Diputados de la Nación, éste es el detalle:
En 2006, 3 ausencias de 52 sesiones.
En 2007, faltó a 8 de las 33 sesiones que se realizaron en el año.
En 2008, faltó a 11 de las 29 sesiones.
En 2009, asistencia perfecta: 15 de 15.
En 2010, 2 ausencias en 21 sesiones.
En 2011, de 13 sesiones, se ausentó en 2.
En 2012, faltó a 9 de las 25 sesiones.
En 2013, sólo faltó a una de las 12 sesiones.
En 2014, no estuvo presente en 4 de las 23 sesiones.
Total: 40 ausencias, en 223 sesiones.
Casi un 18% de faltazos.
Complementado con un bajo nivel de trabajo en las comisiones de la Cámara. El año pasado, por ejemplo, fue sólo a una reunión de las 14 que hicieron las comisiones que integra. Y no estuvo presente en 20 de las 36 votaciones que se realizaron en las sesiones.
Este último dato da cuenta del comportamiento de algunos legisladores, que dicen presente al inicio de la sesión, pero se retiran antes de que la misma concluya o bien se ausentan en el momento de votar.
Peor le fue tomando la palabra en el Parlamento a De Narváez: en 2009 no habló nunca. En 2008, tampoco. El año pasado, tampoco.
Y la emprendió principalmente contra los docentes de la provincia de Buenos Aires, para la cual se candidatea para ser finalmente gobernador, como siempre soñó (no puede presentarse a presidente por su nacionalidad colombiana).
Es decir, el Colorado pasó de supuestamente perseguir a delincuentes (se desconoce en qué terminó el mapa del delito que proponía en 2009) a hostigar a los trabajadores de la Educación, a los que acusó (en diversas notas de posicionamiento sin repreguntas), además de vagos, de no estar formados, tener una baja productividad (toda una definición ideológica) y escapar al debate.
Veamos el desempeño de De Narváez como empleado público. Como integrante de la Cámara de Diputados de la Nación, éste es el detalle:
En 2006, 3 ausencias de 52 sesiones.
En 2007, faltó a 8 de las 33 sesiones que se realizaron en el año.
En 2008, faltó a 11 de las 29 sesiones.
En 2009, asistencia perfecta: 15 de 15.
En 2010, 2 ausencias en 21 sesiones.
En 2011, de 13 sesiones, se ausentó en 2.
En 2012, faltó a 9 de las 25 sesiones.
En 2013, sólo faltó a una de las 12 sesiones.
En 2014, no estuvo presente en 4 de las 23 sesiones.
Total: 40 ausencias, en 223 sesiones.
Casi un 18% de faltazos.
Complementado con un bajo nivel de trabajo en las comisiones de la Cámara. El año pasado, por ejemplo, fue sólo a una reunión de las 14 que hicieron las comisiones que integra. Y no estuvo presente en 20 de las 36 votaciones que se realizaron en las sesiones.
Este último dato da cuenta del comportamiento de algunos legisladores, que dicen presente al inicio de la sesión, pero se retiran antes de que la misma concluya o bien se ausentan en el momento de votar.
Peor le fue tomando la palabra en el Parlamento a De Narváez: en 2009 no habló nunca. En 2008, tampoco. El año pasado, tampoco.
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