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jueves, 23 de mayo de 2013
LANATA SIGUE SIENDO EL MISMO Por El Sureño
Somos contemporáneos con Lanata.
El tipito, después siguió haciendo de las suyas en el gobierno de Angeloz. Pero dejemos las ramas y volvamos a Lanata.
Lanata sigue siendo el astuto moscardón molesto del gobierno de turno, no del poder. La astucia de Lanata le ha permitido hacernos creer que su lucha era contra el poder, sin embargo, si uno analiza quienes han sido sus “victimas”, comprobaremos que son personajes de escasa significación y en la mayoría de los casos de más renombre que sustento verdadero.
Satélites rimbombantes que son usados como fusibles. Los dueños del poder jamás se exponen.
Lanata nunca fue un analista político, fue intrépido e ingenioso y en algún punto, aún con sus limitaciones, logró convertirse en uno de los periodistas más originales de las últimas décadas.
Lanata era un periodista de izquierda, un zurdito molesto y peligroso, Es así?
Las personas no cambian, simplemente nunca fueron eso que pensaste, dice mi amiga Martha en el diván de su consultorio. A ella, psicóloga, le pregunto qué opina de este Lanata que desconcierta. “Me parece que el empresario periodístico se devoró al periodista. Tengo presente algunas de sus entrevistas, allá cuando hacia Día D y su discurso era cáustico, incisivo y audaz, el Lanata de hoy me parece una mala copia, casi burda, del joven periodista combativo.
Además, aunque aprecio sus denuncias sobre corrupción, no me gusta el lugar desde donde las hace. Me parece que las invalida precisamente saber quién lo sostiene”.
Me quedo pensando en lo que dice Martha y en la palabra “invalidar”. Cómo se sentirá Lanata cuando el que propone debate, el que le contesta es un tipo como Ventura, un reconocido truhan de poco vuelo“intelectual”, un referente del periodismo “poco serio”?TomyCarbonari, un avanzado estudiante de abogacía, amigo de las charlas sobre historia y política, me dice: llego a la conclusión de que el fenómeno político del kirchnerismo lo mató a Lanata, ya que le quitó buena parte de su discurso, digamos que recogió el guante.
Allí empezó su desvarío, abandonó la revista “Veintitrés”, donde había juntado varios de los antiguos colaboradores del Página y se mandó a “Cuarteles de Invierno”, para reaparecer con diario Critica de la Argentina, y con un denigrante teatro de revistas.Carbonari sigue:Con Crítica realizó sendas denuncias contra su actual empleador, el Grupo Clarín, acusándolo de lavado de dinero a través del gigante financiero J.P. Morgan.
Fue su oposición a Clarín como imperio periodístico y de las comunicaciones, una de sus banderas, ya que junto con un puñado de destacados periodistas de diversas corrientes ideológicas, que iban desde Víctor Hugo Morales a Julio “el Pelado” Ramos, entonces director de Ámbito Financiero, pasando por el inagotable Héctor Ricardo García, el inventor de Crónica, quienes se animaban a enfrentar al poderoso multimedio.
La pregunta sigue siendo la misma y se la traslado a Carbonari: Cambió Lanata?“A pesar de que Lanata ya era un declarado opositor al actual gobierno, apoyó sin miramientos desde su programa en Canal 26, “Después de Todo”, la nueva Ley de Medios Audiovisuales, sin embargo cuando cae Critica, y clava a medio mundo, termina siendo mascaron de proa del imperio mediático que tanto había combatido”.
Le digo a Carbonari que las denuncias del gordo en el programa del domingo empiezan a hacer efecto entre la población, sobre todo en la clase media. Me contesta:Hay que tener claro que Lanata trabaja para un grupo económico cuya esencia es la corrupción, denunciada incluso por el mismísimo padre de la democracia Raúl Alfonsín, al cual se encargaron de enterrar políticamente cuando fue gobierno, tal como lo denuncia el expresidente en su libro “La Democracia a pesar de todo”.
Las denuncias de Lanata, algunas falsas, otras más ciertas, no están destinadas a discutir la cuestión de fondo, y se quedan en cuestiones coyunturales.
Luego de la ilustrativa charla con Carbonari, cruzo la Plaza Roca, llegó hasta Constitución y tomo el remis de mi amigo Pijuí. Saludo, no digo donde voy porque él ya lo sabe, y le pregunto sobre Lanata. Me dice: Nooo, a veces lo veo de pasadita al gordo, lo domingo me engancho con el gringo Fantino y el quilombo del fútbol. Me distraigo, viste? No le creo má a ninguno, loco.
En este país todo se dan vuelta como una media. Veo que por ahí denuncian un choreo de no se cuanto y a la do o tre semana todo se olvidan. Nadie va en cana en este pai. Me entendé? Sigo el fútbol aunque sufra con River, con los político e distinto, y el gordo Lanata tampoco le creo mucho, viste? E como que mañana yo me hago de Boca y le doy leña a River, quién me va a creé?
Sí, Pijuí, tenés razón, le digo, termina el viaje y desciendo en calle Maipú, voy a la panadería, compro un kilo de Felipe y obsesionado le pregunto a la joven que me atiendequé opina de Lanata.
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