enlace a lanota
http://polipolitoelpolitologo.blogspot.com.ar/2015/03/ma-que-despedida-gorilomorfos-esto-esta.html
Temprana mañana viniendo del norte. Ya casi en Asco City, me topo en la autopista con la columna de SMATA, entre micros y autos llenos, calculo entre cuarenta y cincuenta vehículos. ¡Y es un sólo sindicato! Llamo a mi Camporita adorada, pregunto si ya salen porque, por lo que acabo de ver, la Plaza Congreso se va a llenar hasta las pelotas enseguida.
Yo no llego al micro de los cumpas, sigo en mi auto hacia el acto.
Ir suelto me permite un lento peregrinar por todos los accesos, rodear el Congreso, tratar de entrar por un lado a la Plaza. No poder, intentar por el otro. Cruzar las enormes columnas de la Tupac, de La Cámpora Córdoba. Busco a mi compañera y a los de mi comuna. No los encuentro.
Veo algunos pibes subidos a la parada de bondi.
Los imito, me quedo en esa atalaya escuchando a la mejor oradora que ha dado el peronismo desde la muerte del General.
Infiltrado en la pasada marcha de los gorilas con paragüas (que ya luce de color sepia) el suscripto tras caminarla de punta a punta, había calculado unos cien mil antropoides. Un compañero que vio fotos áereas, me dijo que era un poco exagerado, que no había más de 80, a lo sumo 90 mil homúnculos.
Ayer algunos pierden toda objetividad y se suben con entusiasmo a los "400 mil" en Plaza Congreso. Se rie el compañero estadístico. Hoy me dijo que hizo el cálculo usando fotos, densidad y metros cuadrados.
Le dio 220 mil.
El dato puede parecer menor, pero no lo es. Es una de las mayores concentraciones Cristinestoristas de estos doce años inolvidables.
Recuerdo otras: El entrañable 25 de mayo de 2006, el del 25 de mayo de 2013, otra en la 9 de julio. Ni hablar del Bicentenario, pero eso fue un fenómeno cultural que trasvasó las fronteras de "la grieta".
Es cómico, pero los que viven en Recogorileta nos dicen que perdimos la calle.
Pobres goris, cuanta negación de la realidad.
Escucho a "la morocha ovárica", como la bautiza uno al pasar: China, los ferrocarriles a estatizar, el chiste al compañero (je) Pinedo, la AMIA, la contradicción Nisman, el partido judicial.
Crispasionaria no le saca el cuerpo nunca a la pelea, como a todo peroncho de pura cepa le place. Y duelen las manos de tanto aplaudirla. Hasta veo a varias compañeras llorar de emoción.
El cierre es con el sello de la morocha irreductible: No le deja un país "cómodo", a los candidatos que quieran derogar las conquistas de estos años.
Sale Cristina, y estalla el carisma de una líder amada descontroladamente por su pueblo, que la escucho de pie casi 4 horas, un domingo lluvioso.
La veo irse por la Avenida de la Historia de la Patria Grande. Me emociono también, aunque todos sabemos que no es una despedida.
Es un nuevo recomienzo.
Yo no llego al micro de los cumpas, sigo en mi auto hacia el acto.
Ir suelto me permite un lento peregrinar por todos los accesos, rodear el Congreso, tratar de entrar por un lado a la Plaza. No poder, intentar por el otro. Cruzar las enormes columnas de la Tupac, de La Cámpora Córdoba. Busco a mi compañera y a los de mi comuna. No los encuentro.
Veo algunos pibes subidos a la parada de bondi.
Los imito, me quedo en esa atalaya escuchando a la mejor oradora que ha dado el peronismo desde la muerte del General.
Infiltrado en la pasada marcha de los gorilas con paragüas (que ya luce de color sepia) el suscripto tras caminarla de punta a punta, había calculado unos cien mil antropoides. Un compañero que vio fotos áereas, me dijo que era un poco exagerado, que no había más de 80, a lo sumo 90 mil homúnculos.
Ayer algunos pierden toda objetividad y se suben con entusiasmo a los "400 mil" en Plaza Congreso. Se rie el compañero estadístico. Hoy me dijo que hizo el cálculo usando fotos, densidad y metros cuadrados.
Le dio 220 mil.
El dato puede parecer menor, pero no lo es. Es una de las mayores concentraciones Cristinestoristas de estos doce años inolvidables.
Recuerdo otras: El entrañable 25 de mayo de 2006, el del 25 de mayo de 2013, otra en la 9 de julio. Ni hablar del Bicentenario, pero eso fue un fenómeno cultural que trasvasó las fronteras de "la grieta".
Es cómico, pero los que viven en Recogorileta nos dicen que perdimos la calle.
Pobres goris, cuanta negación de la realidad.
Escucho a "la morocha ovárica", como la bautiza uno al pasar: China, los ferrocarriles a estatizar, el chiste al compañero (je) Pinedo, la AMIA, la contradicción Nisman, el partido judicial.
Crispasionaria no le saca el cuerpo nunca a la pelea, como a todo peroncho de pura cepa le place. Y duelen las manos de tanto aplaudirla. Hasta veo a varias compañeras llorar de emoción.
El cierre es con el sello de la morocha irreductible: No le deja un país "cómodo", a los candidatos que quieran derogar las conquistas de estos años.
Sale Cristina, y estalla el carisma de una líder amada descontroladamente por su pueblo, que la escucho de pie casi 4 horas, un domingo lluvioso.
La veo irse por la Avenida de la Historia de la Patria Grande. Me emociono también, aunque todos sabemos que no es una despedida.
Es un nuevo recomienzo.
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