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martes, 10 de noviembre de 2015

AUTOPSIA DE LAS ELECCIONES: EL VOTO MENOS PENSADO - " Las urnas van a recibir más esperanzas de inclusión y soberanía que fúnebres cenizas de los ’90 envueltas en globitos de colores. Los sufragios van a ser introducidos en ellas por rugosas manos curtidas por la sabia experiencia de que no hay patria que no sea del otro y no por las afiladas garras de los buitres en guantes de suave corderito. "



Por Marcelo Gomez- Sociólogo, Dr. en Ciencias Sociales, Universidad de Quilmes y Universidad de Buenos Aires. mgomez@unq.edu.ar
Así como los cadáveres no mienten para quien sabe escuchar, dicen los forenses, las cifras electorales tampoco. 
No me refiero al “mensaje” de las urnas… que a veces son lúgubres como sus homónimas funerarias, sino simplemente a precisar exactamente qué cambió en la primera vuelta respecto de los resultados inmediatamente anteriores de las PASO. 
Lo único que hay que indagar es cómo y qué voto cambió. 
El análisis de flujo de votos tiene 3 componentes: a) voto nuevo de electores que no habían votado en las PASO, b) voto negativo (blanco y nulo) que se convirtió en positivo, y c) cambio de preferencia del voto o traspasos de votos entre listas.
El fenómeno más importante de la última elección general nacional ha sido el nivel de participación: casi 81% participación con bajísimos niveles de 3 % de voto en blanco o nulo.  
Los promedios históricos oscilan en torno al 75% de participación (en el 2011 había subido al 79% y en 2007 había sido del 76 %) y de 6% de voto en blanco y nulo. 
Las explicaciones de inundaciones y feriado largo en las PASO no deben hacernos olvidar también la voluntad de incidencia y el empoderamiento democrático de los sectores de clases medias que por sentir la carencia de otros recursos para poder incidir (organización colectiva, control del estado, participación política, liderazgos, poder económico o cultural) utiliza con empeño la herramienta del sufragio. 
Lo llamativo aquí es que respecto de las PASO el crecimiento de votantes fue de 9 puntos a lo que se suma una reducción de más de 2 puntos de voto blanco y nulo. 
En consecuencia hubo un incremento de 2,5 millones de votos positivos. 
A esto hay que agregarle todas las opciones que perdieron cantidad de votos respecto a las PASO, es decir todos los que cambiaron de preferencia de voto: la suma de los balances de pérdida de voto arroja 566 mil votos. 
Es decir, en total algo más de 3 millones de votos, sumados los nuevos a los traspasos, deberían explicar la discrepancia con las PASO. 
El modelo de análisis implica que las permutaciones dentro de los grupos de perdedores de votos y dentro de los grupos de ganadores de votos se anulan o son equivalentes entre sí. 
Se trata de aislar el efecto de absorción de flujo de votos mutantes respecto de las PASO. 
Es decir, a dónde fueron el voto nuevo y el voto que abandonó opciones anteriores. El siguiente cuadro resume lo que podríamos llamar el universo de mutación de voto a nivel nacional.

VOTO NUEVO
(NO VOTO O NO VOTO AFIRMATIVAMENTE EN LAS PASO)
NO HABIA PARTICIPADO EN LAS PASO
2030950
VOTO EN BLANCO EN LAS PASO PERO NO EN LA GENERAL
453419
TOTAL
2484369
TRASPASO DE VOTOS
PREFERENCIAS QUE PERDIERON VOTANTES RESPECTO DE LAS PASO
PROGRESISTAS
150265
COMPROMISO FEDERAL Y OTROS PARTIDOS MENORES
288357
FIT/IZQ
127406
TOTAL VOTO PERDIDO POR ESTAS LISTAS
566028
UNIVERSO DE MUTACION DEL VOTO
3050397


De acuerdo a los balances de votos respecto a las PASO veamos en qué proporciones ese universo de votos fue absorbido por las opciones que sí incrementaron su caudal de votos.
LISTA QUE RECIBIO MAS VOTOS QUE EN LAS PASO
CANTIDAD
%
FPV
577473
18,9
CAMBIEMOS
1786696
58,6
UNA
686208
22,5
TOTAL
3050377
100,0


Estos resultados eximen de mayores comentarios: el voto mutable tuvo un comportamiento evidente.
El FPV tuvo sobre este universo la mitad de absorción que la de su voto general, Cambiemos tuvo el doble, y UNA tuvo una similar. 
Claramente el incremento de participación, abandono de voto en blanco y cambios de opciones dejaron inalterado a UNA, perjudicaron al FPV y beneficiaron a Cambiemos. Este análisis se refuerza si lo repetimos en algunos distritos seleccionados por lo sorprendente del resultado. 
En Provincia de Buenos Aires (PBA) se registró el caso más extremo de esta tendencia por el volumen de voto involucrado. Los niveles de absorción de voto mutable del FPV cayeron al 15 %, pero los de Cambiemos fueron inferiores a la media nacional, mientras UNA se llevó el 30 % de éstos.

BUENOS AIRES
LISTA QUE RECIBIO MAS VOTOS QUE EN LAS PASO
CANTIDAD
%
FPV
183094
15,2
CAMBIEMOS
655551
54,4
UNA
366381
30,4
TOTAL VOTOS AFIRMATIVOS NUEVOS Y TRASPASOS
1205026
100,0


Algo mejor fue el desempeño de absorción de voto en Santa Fé y otros distritos para el FPV como las provincias patagónicas, Catamarca o Santiago del Estero.
Este comportamiento no fue uniforme en todos los distritos. 
En la CABA, el voto nuevo y los traspasos siguieron a grandes rasgos las tendencias de voto general. Con la única novedad del notorio aumento de UNA respecto las PASO en el distrito. 
En Capital Cambiemos tuvo una capacidad de absorción de voto mutante 9 puntos inferior al del nivel nacional y el FPV en cambio casi 6 puntos por encima.
CABA
LISTA QUE RECIBIO MAS VOTOS QUE EN LAS PASO
CANTIDAD
%
FPV
52830
24,0
CAMBIEMOS
108924
49,6
UNA
58005
26,4
TOTAL VOTOS AFIRMATIVOS NUEVOS Y TRASPASOS
219759
100,0


Hubo algunos distritos donde la tendencia fue inversa: en Misiones el FPV capturó el 85% del voto nuevo y Cambiemos perdió votos.
El caso de Córdoba merece un detalle importante y lo considero clave: allí UNA perdió más de 300 mil votos. ¿De la Sota y Schiaretti ya jugaron para Macri por adelantado, sin esperar ballotage o el electorado antiK lo hizo por sí mismo?. 
Lo interesante es que las pérdidas fueron a manos de Cambiemos en un 78 % pero a manos del FPV en un 22%. El FPV mejoró notoriamente su elección respecto de las PASO y UNA en cambio quedó por debajo de su media nacional.
En realidad los distritos de peor performance relativa del FPV no son la PBA o CABA sino Jujuy, Tucumán y San Juan, donde ha perdido votos respecto de las PASO.
En Jujuy el resultado no se explica por el voto nuevo, que fue muy menor, sino exclusivamente por el traspaso de votos. 50 mil votantes, el 13 % de los afirmativos, cambió su preferencia respecto de las PASO en un 100 % a favor de UNA, que fue la única opción electoral que aumentó notablemente su caudal respecto de las PASO. Cambiemos sufrió una merma aún mayor a la de FPV. 
 La sospecha de pactos electorales bajo cuerda tiene indicios serios.
En Tucumán el FPV perdió 45 mil votos y en San Juan 27 mil respecto las PASO. Las sospechas de “extorsión” electoral de los “gobernas” sobre el candidato del FPV no pueden descartarse.

JUJUY
CANTIDAD
VOTO NUEVO
NO VOTO O NO VOTO AFIRMATIVAMENTE EN LAS PASO
NO HABIA PARTICIPADO EN LAS PASO
9109
VOTO EN BLANCO EN LAS PASO PERO NO EN LA GENERAL
-2934*
TOTAL NUEVOS VOTOS AFIRMATIVOS
6175
TRASPASO DE VOTOS
LISTAS QUE PERDIERON VOTANTES RESPECTO DE LAS PASO
PROGRESISTAS
2343
CF Y MENORES
4868
FIT/IZQ
8952
FPV
13714
CAMBIEMOS
19715
TOTAL
49592
VOTOS AFIRMATIVOS NUEVOS Y TRASPASOS
55767**

*En este caso aumentó el voto en blanco respecto a las PASO, por eso se resta de los votos nuevos.
** UNA por ser la única lista en incrementar su caudal de votos, recibe el 100 % del flujo total de sufragio.
Las elecciones a nivel nacional fueron decididas por el voto nuevo en primer término (81 %) y por los traspasos (19 %) en segundo. 
¿Cómo puede interpretarse esto y qué hipótesis pueden darnos una perspectiva de comportamiento electoral futuro?
1) Hay poca duda de que la perspectiva de un triunfo del FPV en primera ronda movilizó la participación electoral de los descontentos con el gobierno y que los traspasos fueron en el mismo sentido. 
Donde hubo más voto nuevo o más traspasos, la absorción de votos del FPV fue más baja. Esto podría estar configurando una situación de ballotage adelantado del voto antiperonista/antipopulista/antiK. 
Pero el corolario de esto es que es muy posible que se haya acercado al techo del voto potencial en este segmento del electorado. 
El voto en CABA nos da un indicio acerca de esto: allí Macri no pudo incrementar su absorción, el incremento importante del voto a UNA significa un dato pequeño pero delator de algo: voto no K que no quiere votar a Macri y se canalizó por UNA. Es lógico pensar que una parte importante de los mismos vaya a blanco y FPV. 
Esto significa que el FPV va a crecer más en proporción de votos que Cambiemos en CABA. Lo mismo sucede con el voto en Córdoba: los que se mantuvieron votando a UNA es posible que tengan mayor resistencia al macrismo que los que votaron a UNA masivamente en las PASO y adelantaron su voto a Cambiemos en la primera vuelta.
2) Lo lógico es pensar que la participación será alta pero va a caer un poco y, lo más importante, mayor voto en blanco en torno a 5/6 % de la mano de los votantes provenientes de la izquierda. 
 Así, el 50 % de votos positivos estaría en orden a los 11, 7 millones. Es decir, habría que recuperar 2,7 millones para FPV y 3,3 para Cambiemos. 
Bajo la hipótesis que se estaría agotando el traspaso de voto de Progresistas a Cambiemos y que del FIT no se pueden esperar votos a Macri, el remanente para el ballotage se va a repartir en partes significativas entre el blanco y el FPV. De R. Saa se contarían una gran mayoría de votos para el FPV. 
En total el FPV contaría con una estimación razonable de 1 millón de votos de estos orígenes más el efecto benéfico adicional del aumento de voto en blanco que reduce la exigencia en cantidad de votos para llegar a la mitad. 
La dependencia del FPV respecto del voto de UNA pasa a ser de 1,7 millones, es decir, apenas el 33 % del voto total de Massa. Si tenemos en cuenta lo dicho sobre el voto No K y No Macri, como en Córdoba, Capital e incluso Jujuy, no parece ser un objetivo muy exigente.
3) Aunque no es de gran magnitud, hay voto de las PASO perdido por el FPV y que no debería haber mucho obstáculo para recuperar en algunas provincias, sobre todo el mayoritario que fue de FPV a UNA.
Sin perjuicio que todavía falta mucho, que la campaña incide, ni hablar las contingencias políticas y económicas, que el ingenio de los poderes fácticos y la presión de los medios también pesa, aquellos que nos sentimos partes del proyecto nacional, popular y democrático contamos con poderosos activos políticos subutilizados hasta ahora en la campaña. 
Militancia, organización colectiva, capacidad de movilización masiva, liderazgos y un imaginario compartido, convicciones que nos gusta no disfrazar, apoyos en todas las clases sociales y un candidato al que le cuesta agarrar velocidad pero que está lejos de volcar la lancha. 
Las urnas van a recibir más esperanzas de inclusión y soberanía que fúnebres cenizas de los ’90 envueltas en globitos de colores. Los sufragios van a ser introducidos en ellas por rugosas manos curtidas por la sabia experiencia de que no hay patria que no sea del otro y no por las afiladas garras de los buitres en guantes de suave corderito.



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