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sábado, 28 de noviembre de 2015

LA GRIETA - FESTEJAN LOS PITUCOS -Brindan en privado, lejos de la chusma. Detrás del canapé, risitas socarronas apenas contenidas, los delatan. Chorrea buen champan su algarabía. - RELATO DE ALEJANDRO ROBINO - COMPARTIDO POR RICARDO JOSÉ EN FACEBOOK



Ricardo Jose compartió la publicación de Alejandro Robino.
31 min
Alejandro Robino
6 h
LA GRIETA
Festejan los pitucos. 
Brindan en privado, lejos de la chusma.

Detrás del canapé, risitas socarronas apenas contenidas, los delatan.
Chorrea buen champan su algarabía. 
Lo saben, ya lo han hecho.

Les bastará unos pocos meses para embolsar para diez años.

La abuela cacatúa, agradece a dios, tan capitalista y católico,
su fidelidad política. 
El tío puto es el que duda, pero finalmente prima la pertenencia de clase y vuelve a su rol de mascota simpática.
Un tiro para el lado de la justicia, de la que ya dio fe Martin Fierro: siempre
les ha pertenecido a las buenas familias. 
Un bálsamo.

Un alivio, entre tanto mal gusto que imperaba. 
Los pobres son feos
y es de valientes admitirlo. 
Pronto se reacomodarán las cosas
si no hay quien los agite y los siga confundiendo con inquina.

El estanciero en la casa, los peones en el rancho. 
Así se fundó la patria.

Pero hay que ser prudentes y no abusar de la anestesia. 
El padre, recomienda a los briosos jóvenes ser circunspectos en la calle.

Nada de escribir andate yegua. 
Si tienen que expresarse, digan que todo acto electoral es una fiesta de la democracia.
Ya está, se terminó. 
No los nombren. 
Apostemos al olvido. 

- Señora, la cena está servida.

La presencia de la sierva desafina el aire.

- Gladys, ponga los cubiertos de plata, ordena la madre. 
Esta es su forma de sumarse a la clandestina algarabía.

Comen amablemente, mientras discurren en trivialidades cotidianas. 
Pero , el brillo en sus ojos son fuegos artificiales. 
Resurge el sueño colonial
de la virreinal patria esclava. 
Todo es tan amable, tan ameno.
Un silencio casual, revela el sonido incómodo. 
En la cocina, alguien llora.
Alejandro Robino.

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