El ex presidente Fernando de la Rúa celebró el acuerdo alcanzado por el gobierno de Mauricio Macri con los fondos buitre y explicó que “con los holdouts se hace lo mismo que con el Megacanje”.
“En aquel tiempo de Convertibilidad había vencimientos simultáneos para mayo de 2001. Por eso fue necesario ganar plazos, y eso fue el Megacanje, fue tan sencillo como eso”, manifestó el ex mandatario radical.
En declaraciones al programa “El Arranque” (Radio Zónica) aseguró además que el Megacanje “no fue tomar nueva deuda sino renovar plazos y vencimientos. Y acá con los holdouts se hace más o menos lo mismo: una sustitución a través de la emisión de títulos que se coloca en los mercados exitosamente y con eso librarse de esa deuda”.
En este sentido, el ex mandatario defendió el acuerdo con los fondos buitres para que la Argentina vuelva a endeudarse. “Precisamos acceso al crédito para volver a crecer”, evaluó tras criticar las medidas económicas de Cristina Kirchner.
Finalmente, sobre las políticas que llevaron al país a una profunda crisis que brotó en un estallido social en todo el país, el dirigente radical pidió que se destaque que en su gobierno no hubo corrupción. “Fue un gobierno honesto, fue un gobierno honrado. Los valores éticos se cumplieron. La gente puede recordar el sentido republicano del gobierno”, señaló.
El gobierno de De la Rúa hizo en 2001 un Megacanje de títulos públicos de deuda por 50 mil millones de dólares que buscó postergar vencimientos de deudas en el contexto de la crisis económica que vivía el país.
En rigor, la propuesta del Mecanje provino de David Mulford, ex secretario del Tesoro de los Estados Unidos, que por ese entonces trabajaba para el banco Credit Suisse First Boston. El ministro Domingo Felipe Cavallo y su secretario de Política Económica Federico Sturzenegger fueron el apoyo local para llevar a cabo el cambio de una deuda por otra mayor.
El peritaje de la causa judicial por el Megacanje realizado por el experto en ingeniería financiera Moises Resnick Brenner sostiene que el país sufrió un perjuicio valuado en 55.000 millones de dólares.
Se trabajó con el Banco Francés, el Santander Central Hispano, el Galicia, Citigroup, HSBC, JP Morgan y Credit Suisse First Boston. Los siete bancos obtuvieron 150 millones de dólares en comisiones.