La minería es necesaria, lo fue desde el inicio de los tiempos y lo seguirá siendo en el futuro, también en nuestra provincia, aunque hasta ahora los catamarqueños hayamos visto muchos costos y muy pocos beneficios.
Como ingeniero de minas quiero la minería, pero lo que no quiero, como cualquier catamarqueño, es el impacto ambiental descontrolado, la contaminación y el saqueo. La Ley de Inversiones Mineras establece un 3% de regalías, pero en realidad, descontando los costos de producción, el porcentaje que le queda a la provincia es de sólo el 1.5%, una ínfima cantidad.
El que recorre Belén, Andalgalá, Santa María, los lugares en donde la minería debería impactar directamente desde el punto de vista económico, advierte que la realidad de pobreza prácticamente no se ha modificado.
Los catamarqueños que se han beneficiado con la actividad minera son muy pocos. A nivel de proveedores o de mano de obra, por ejemplo, no hemos estado preparados. Pongo un ejemplo paradigmático: la oficina de Recursos Humanos de la empresa Minera Alumbrera no está en Catamarca, sino en Tucumán. Es cierto que quienes trabajan en la empresa poseen ingresos significativamente mejores que los de cualquier empleado público, pero los andalgalenses empleados no son más de setenta, la mayoría haciendo trabajo de limpieza o de mantenimiento.
Por todos estos motivos hay un gran desencanto de la gente, que en general rechaza la actividad, porque advierte que como provincia hemos hecho un pésimo negocio, hemos entregado las riquezas.
En materia ambiental, la actividad está regida por una ley que pareciera está hecha a medida de las empresas, no para proteger el ambiente. Las empresas trasladan al Estado o a futuro esos problemas, que son los conocidos pasivos ambientales. En La Alumbrera, por ejemplo, van a quedar alrededor de dos mil millones de toneladas de roca, altamente capaces de generar aguas ácidas.
Considero que el Estado debe tener una fuerte participación en la actividad minera. Es imprescindible la actividad minera, pero con fuertes controles ambientales. Para desarrollar una minería responsable resulta necesario el trabajo conjunto del Estado, las empresas y la sociedad. De modo que considero que lo que viene es una etapa de fuerte diálogo y negociación entre estos tres pilares de la actividad.
El nuevo gobierno provincial deberá tener convicción para parársele firme a las empresas multinacionales y negociar que no se use más mineraloductos, que la refinación del cobre se haga en la provincia, que la mano de obra sea mayoritariamente catamarqueña y que el Estado y la sociedad tengan una fuente participación en la minería de los próximos años.
Considero que el Estado debe tener una fuerte participación en la actividad minera. Es imprescindible la actividad minera, pero con fuertes controles ambientales. Para desarrollar una minería responsable resulta necesario el trabajo conjunto del Estado, las empresas y la sociedad. De modo que considero que lo que viene es una etapa de fuerte diálogo y negociación entre estos tres pilares de la actividad.
El nuevo gobierno provincial deberá tener convicción para parársele firme a las empresas multinacionales y negociar que no se use más mineraloductos, que la refinación del cobre se haga en la provincia, que la mano de obra sea mayoritariamente catamarqueña y que el Estado y la sociedad tengan una fuente participación en la minería de los próximos años.
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