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lunes, 2 de febrero de 2015
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La lectura de las columnas políticas del domingo, sobre todo las que se ubican más a la derecha, muestran que la denuncia de Nisman se ha ido deshojando como una construcción lastimosa, un "relato" berreta, que paradójicamente tuvo una sobrevida por la muerte sorpresiva de Nisman.
La muerte de Nisman es el acontecimiento nuevo en el marco de las disputas políticas argentinas de los últimos años. Una muerte que llevó el conflicto a una instancia distinta de la "crispación" en la que nos movimos habitualmente. Montada en esa muerte (o quizás con la muerte como parte de una operación), la derecha hizo una movida golpista muy fuerte. Los resultados no parecen haber sido los que esperaban y hoy el panorama se está reacomodando hacia algo parecido al momento anterior de la opereta, con el gobierno un poco magullado, pero con recursos políticos para seguir la pelea. Nietzsche dice "lo que no me destruye, me fortalece" y eso parece aplicar especialmente al kirchnerismo.
De la investigación queda una duda importante a despejar: si se impone la hipótesis del suicidio, todo volverá a parecerse a la relación de fuerzas pre muerte de Nisman. Si se vuelca hacia el homicidio, habrá que estar muy alertas: si el golpismo mató a uno, puede tener planeado matar a otros.
Hoy, el subtexto de todas las columnas derechistas es: "no importa si se suicidó o lo mataron, la culpa es del gobierno, sea cual fuera el resultado". Lo que es una clara continuidad de las falacias que Nisman presentó en el último acto de su triste vida. O sea: una voluntad de dañar sin molestarse en armar ninguna apariencia de racionalidad. Pero este procedimiento discursivo solo cala hondo en la minoría intensa que quiere voltear a Cristina antes de las elecciones y para siempre. Los que se entusiasmaron cuando se enteraron de la aparición del cadáver de Nisman porque sus recursos propiamente políticos se habían acabado. (A propósito: la noticia de la Alianza entre Macri y Carrió es promisoria para el FPV; pero esto tendría que desarrollarlo en otro post).
La denuncia de Nisman, hoy ya es inocultable, resultó una payasada de la que solo el que quiere alimentarse con tóxicos puede probar un bocado. Un Superfiscal con un presupuesto multimillonario, bancado por la CIA y el MOSSAD presenta un mamotreto que parece una nota estirada de la revista Noticias. Supuestamente este mamotreto es el resultado de muchos años y no el "comienzo de algo" como quieren tranquilizarse los que todavía, muy forzadamente, intentan darle alguna entidad. El argumento de que solo se trata de una denuncia en sus momentos iniciales es tan incongruente como la denuncia misma: porque por otro lado se dice que el mamotreto es el resultado de una mega investigación de años, pero a la vez es solo una denuncia sin pruebas, o con unas pocas pruebas que contradicen lo que se denuncia. Solo los que de antemano están contra el gobierno pueden tomar en serio este bluff.
La denuncia de Nisman, hoy ya es inocultable, resultó una payasada de la que solo el que quiere alimentarse con tóxicos puede probar un bocado. Un Superfiscal con un presupuesto multimillonario, bancado por la CIA y el MOSSAD presenta un mamotreto que parece una nota estirada de la revista Noticias. Supuestamente este mamotreto es el resultado de muchos años y no el "comienzo de algo" como quieren tranquilizarse los que todavía, muy forzadamente, intentan darle alguna entidad. El argumento de que solo se trata de una denuncia en sus momentos iniciales es tan incongruente como la denuncia misma: porque por otro lado se dice que el mamotreto es el resultado de una mega investigación de años, pero a la vez es solo una denuncia sin pruebas, o con unas pocas pruebas que contradicen lo que se denuncia. Solo los que de antemano están contra el gobierno pueden tomar en serio este bluff.
El triste final de Nisman parece ser el corolario del triste desempeño de su fiscalía, en un marco en el que durante 20 años todos los que trabajaron para que los dos atentados quedaran impunes ahora se rasgan las vestiduras porque "en este país no hay justicia". Las declaraciones de AMIA y DAIA, en ese sentido, alcanzan cotas de cinismo casi inconcebibles. Bancaron las directivas de Israel para que los atentados quedaran impunes y ahora resulta que recién se desayunan de que la causa no avanzó y no se hacen cargo de que ellos se encargaron especialmente para que no avanzara. En esta farsa, el principal responsable de la parálisis de la farsa, el propio Nisman, ha pasado a ser para AMIA y DAIA un "mártir de la verdad". Algún día la comunidad judeo-argentina deberá sacarse de encima a esta lacra, si no quiere convertirse en su cómplice.
¿La responsabilidad del gobierno? No haber ido a fondo a tiempo, para quitar mucho antes las investigaciones de la esfera de la CIA/ MOSSAD y la Embajada, para los cuales trabajaba Nisman. El gobierno tendría que haber denunciado hace rato que la causa estaba empantanada por estas razones. ¿Por qué no lo hizo? Porque en el ADN del kirchnerismo está el emprender una ruptura con el estado neoliberal apoyándose en esa misma estructura que se quiere abandonar. Una compleja dialéctica de lo Viejo y lo Nuevo. El kirchnerismo es rechazado por su continua tendencia hacia lo Nuevo y su continua dependencia de lo Viejo. Es una falla constitutiva.
¿Se podría ir más lejos y más rápido? Si, se podría. Pero para eso hace falta una sociedad que empuje hacia adelante y no solo un liderazgo impecable y a la vez astuto.
Néstor y Cristina no han sido impecables, pero la sociedad argentina (lo cual incluye a los trabajadores, sindicalistas, intelectuales, la burocracia estatal, el empresariado, los medios y los periodistas) son mucho menos que impecables
Néstor y Cristina no han sido impecables, pero la sociedad argentina (lo cual incluye a los trabajadores, sindicalistas, intelectuales, la burocracia estatal, el empresariado, los medios y los periodistas) son mucho menos que impecables
Nada está perdido, al contrario, es mucho lo avanzado si nos comparamos con la decepción alfonsinista y la década del 90.
Pero todo lo que venga no depende de los conejos que Cristina saque de la galera, sino de que cada uno se haga cargo de su parte. Si retrocedemos a posiciones neoliberales que siguen imperando en el resto del mundo o profundizamos la construcción de una verdadera democracia, ya no depende del candidato que señale Cristina. Depende de lo que cada uno de nosotros se ponga a hacer no en octubre, sino mañana mismo.
Y no es una metáfora. ¿Qué vas a hacer mañana a la mañana para merecer un presente mejor, aparte de quejarte o lamentarte?
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