24 de marzo de 2015
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http://polipolitoelpolitologo.blogspot.com.ar/2015/03/gerardo-morales-pide-que-lo-dejen.html
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En el entorno de Seryi Tomás la van de irónicos y cuando se refieren al senador norteño que los apoya, Gerardo Moralito, lo hacen con la frase "nuestro compañero peronista número uno".
No les debe haber causado demasiada gracia la declaración cualunquista del jujeño, pidiendo que "los candidatos radicales se puedan colgar de varios candidatos a presidente, incluso de Stolbizer". Cualquier bondi le viene bien a este exponente de la degradación de la boina blanca, cuya premisa parece ser, todo vale para ligar algunos cargos en la repartija.
Empero, en Jujuy se desdoblarían las elecciones provinciales, para impedir que vía la justicia amparista, el pícaro Gerardito quiera violar y desvirtuar la ley de primarias obligatorias, para sacar ventajita con su lista colgada de dos, tres o incluso cuatro candidatos a presidentes.
El radicalismo claudicante, si se propusiera jugar a fondo podría vencer en una interna a Macri, pero no lo hará. Se conforma con el vecinalismo y provincialismo seguidista de proyectos presidencialistas bendecidos por el "círculo rojo".
Quedó clara la nula vocación competitiva de los boinales, cuando sus convencionales bajaron a un candidato que medía 11 puntos, como era el caso de Tío Cleto, para poner a Canaleta Sanz que mide con suerte 1 punto porcentual.
El propio Moralito, añadió a su sincericidio, al fulminar a su colega Insanzato con la frase: "si tenemos que esperar que Sanz mida 2 o 3 puntos, vamos a ir mal".
Y en eso tiene razón, el calvo Ernesto no gana ni en su terruño San Rafael, y viene recibiendo palos internos, desde la ignominia de Gualeguaychú. Incluso, su admirado estadista Macri lo ubicó en la raya cuando dijo: "no soy un repartidor de pizza, no vengo a repartir cargos como cachos. El que gana gobierna".
Tal altanera definición, profundizó el estado deliberativo en el que quedó gran parte del radicalismo tras la ententé con la derecha neoliberal que expresa el amarillismo.
Este malestar le bajó un poco el copete a los editorialistas corporativos.
Una semana después de la convención UCR, ya casi no se lee en la prensa magnética-mitrista, energúmenos proclamando un imparable triunfo del alcalde protector de Iron Mountain.
Han tomado conciencia de que el camino sigue siendo arduo y difícil para que su muchacho aposente su holgazán trasero en la Casa Rosada, y le entregue el país al gran empresariado trasnacional mega devaluador.
Asimismo, los cagatintas han empezado a comprender que la incipiente polarización con Macri, no necesariamente fulmina las chances del FPV.
Las últimas encuestas, hablan de sumatorias de los candidatos oficialistas que superan el 35% de los votos totales, lo cual da por obvio resultado que como fuerza política, el FPV se ubica cómodo en el primer lugar. Y que supervive aún un relicto massista en un tercer lugar, asomando también la candidatura seudoprogresista de Stolbizer, como un testimonial espacio que pueda detraer algunos valiosos puntos a los aliancistas.
Incluso algunos consultores empiezan a no dar por definitivo que el oficialismo sería derrotado en un eventual balotaje, lo cual no hace mucho, era una verdad prácticamente irrefutable.
Es la política pavotes, diría CrisPasionaria, la política de no ceder al buitraje, de cuidar el empleo y el poder de compra en un año difícil como el 2014, y que tiende a mejorar en este 2015, por lo cual crecen las expectativas de una mejora económica en los sectores populares, y por extensión ello consolida el voto del oficialismo.
Cuando enfrente la propuesta opositora solo puede ofrecer ajuste, tanto en su variante con rostro humano, "gradual", como en su versión cavernícola, "ajuste por shock".
No hay otras ideas que se caigan de las craneotecas anti-k.
No deja de ser un síntoma que el conflicto sindical preponderante vuelva a hacer foco en la problemática de la aristocracia obrera. Esto es, en los trabajadores por convenio que cobran mejores sueldos y tributan el impuesto a las ganancias. De perogrullo es que en un año electoral, habrá visibles mejoras para esos segmentos tambien (no precisamente arrancadas por la fuerza por un paro del sindicalismo opositor).
Hay también consenso encuestatorial, en que Cristina ha recuperado los altos (altísmos para un final de largo mandato) ìndices de popularidad y aprobación de gestión.
La operación, "tirale con un cadaver a la shewua para que se desplome su imágen", ha fracasado por completo.
Ni siquiera la CIA pagando notas truchas con nuevos Antoninis Wilsons, en la revista brasuca Veja, ni el buenazo de Paul Singer, donando algunos de sus millones para el premio "Nisman Coraje", pueden hacer que reviva la puesta en escena de transformar a un pesquisador corrupto y licencioso en un heroico defensor del mundo occidental amenazado por el terrorismo iraní.
Está llegando el momento de que aún un papanatas como Kovadlof tome nota de ello, y no le haga malgastar dinero a algún esponsor Pro, en el alquiler de equipos de sonido, y en la instalación de un escenario frente a los Tribunales.
Para terminar hablándole de lo intachable que era Nisman... a cuarenta personas.
No les debe haber causado demasiada gracia la declaración cualunquista del jujeño, pidiendo que "los candidatos radicales se puedan colgar de varios candidatos a presidente, incluso de Stolbizer". Cualquier bondi le viene bien a este exponente de la degradación de la boina blanca, cuya premisa parece ser, todo vale para ligar algunos cargos en la repartija.
Empero, en Jujuy se desdoblarían las elecciones provinciales, para impedir que vía la justicia amparista, el pícaro Gerardito quiera violar y desvirtuar la ley de primarias obligatorias, para sacar ventajita con su lista colgada de dos, tres o incluso cuatro candidatos a presidentes.
El radicalismo claudicante, si se propusiera jugar a fondo podría vencer en una interna a Macri, pero no lo hará. Se conforma con el vecinalismo y provincialismo seguidista de proyectos presidencialistas bendecidos por el "círculo rojo".
Quedó clara la nula vocación competitiva de los boinales, cuando sus convencionales bajaron a un candidato que medía 11 puntos, como era el caso de Tío Cleto, para poner a Canaleta Sanz que mide con suerte 1 punto porcentual.
El propio Moralito, añadió a su sincericidio, al fulminar a su colega Insanzato con la frase: "si tenemos que esperar que Sanz mida 2 o 3 puntos, vamos a ir mal".
Y en eso tiene razón, el calvo Ernesto no gana ni en su terruño San Rafael, y viene recibiendo palos internos, desde la ignominia de Gualeguaychú. Incluso, su admirado estadista Macri lo ubicó en la raya cuando dijo: "no soy un repartidor de pizza, no vengo a repartir cargos como cachos. El que gana gobierna".
Tal altanera definición, profundizó el estado deliberativo en el que quedó gran parte del radicalismo tras la ententé con la derecha neoliberal que expresa el amarillismo.
Este malestar le bajó un poco el copete a los editorialistas corporativos.
Una semana después de la convención UCR, ya casi no se lee en la prensa magnética-mitrista, energúmenos proclamando un imparable triunfo del alcalde protector de Iron Mountain.
Han tomado conciencia de que el camino sigue siendo arduo y difícil para que su muchacho aposente su holgazán trasero en la Casa Rosada, y le entregue el país al gran empresariado trasnacional mega devaluador.
Asimismo, los cagatintas han empezado a comprender que la incipiente polarización con Macri, no necesariamente fulmina las chances del FPV.
Las últimas encuestas, hablan de sumatorias de los candidatos oficialistas que superan el 35% de los votos totales, lo cual da por obvio resultado que como fuerza política, el FPV se ubica cómodo en el primer lugar. Y que supervive aún un relicto massista en un tercer lugar, asomando también la candidatura seudoprogresista de Stolbizer, como un testimonial espacio que pueda detraer algunos valiosos puntos a los aliancistas.
Incluso algunos consultores empiezan a no dar por definitivo que el oficialismo sería derrotado en un eventual balotaje, lo cual no hace mucho, era una verdad prácticamente irrefutable.
Es la política pavotes, diría CrisPasionaria, la política de no ceder al buitraje, de cuidar el empleo y el poder de compra en un año difícil como el 2014, y que tiende a mejorar en este 2015, por lo cual crecen las expectativas de una mejora económica en los sectores populares, y por extensión ello consolida el voto del oficialismo.
Cuando enfrente la propuesta opositora solo puede ofrecer ajuste, tanto en su variante con rostro humano, "gradual", como en su versión cavernícola, "ajuste por shock".
No hay otras ideas que se caigan de las craneotecas anti-k.
No deja de ser un síntoma que el conflicto sindical preponderante vuelva a hacer foco en la problemática de la aristocracia obrera. Esto es, en los trabajadores por convenio que cobran mejores sueldos y tributan el impuesto a las ganancias. De perogrullo es que en un año electoral, habrá visibles mejoras para esos segmentos tambien (no precisamente arrancadas por la fuerza por un paro del sindicalismo opositor).
Hay también consenso encuestatorial, en que Cristina ha recuperado los altos (altísmos para un final de largo mandato) ìndices de popularidad y aprobación de gestión.
La operación, "tirale con un cadaver a la shewua para que se desplome su imágen", ha fracasado por completo.
Ni siquiera la CIA pagando notas truchas con nuevos Antoninis Wilsons, en la revista brasuca Veja, ni el buenazo de Paul Singer, donando algunos de sus millones para el premio "Nisman Coraje", pueden hacer que reviva la puesta en escena de transformar a un pesquisador corrupto y licencioso en un heroico defensor del mundo occidental amenazado por el terrorismo iraní.
Está llegando el momento de que aún un papanatas como Kovadlof tome nota de ello, y no le haga malgastar dinero a algún esponsor Pro, en el alquiler de equipos de sonido, y en la instalación de un escenario frente a los Tribunales.
Para terminar hablándole de lo intachable que era Nisman... a cuarenta personas.
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