Lo vi por televisión.
El “periodista” le preguntó si no opinaba que el
viceministro de economía Axel Kicillofera demasiado joven como para desempeñar esa función.
Su atinada respuesta fue algo así:efectivamente, la etapa de la vida que atraviesan los jóvenes debería ser dedicada a la formación y su inevitable escasa experiencia los hacía ineptos para desempeñar funciones de tamaña responsabilidad. Después lo vi aKicillof. Y sí, tiene cara de pibe.
Además no usa corbata y es de La Cámpora. Ahí me enteré que tiene 41 años, además de un curriculum académico más que respetable.
Pero esa cara de nene... Si por lo menos se dejara largas patillas, se peinara con flequillo y tuviera el ceño fruncido, se podría parecer a alguno de nuestros próceres y no al goleador de Instituto de Córdoba.
Porque, bien mirado, también me llamó la atención que la primera junta de gobierno contara con chiquilines irresponsables y lampiños como Mariano Moreno(hacia 1810 de 32 años) Manuel Belgrano (40 años) Juan Larrea (28 años) y algunos otros recién salidos de esa desgraciada juventud como Castelli (46 años)Domingo Matheu (45 años) y Manuel Alberti (47 años).
No quiero imaginar el trabajo que habrán tenido los eso sí, respetables Juan José Paso (52) Cornelio Saavedra (51) y Miguel de Azcuénaga (56) para mantenerlos ordenados, quietitos y sin tirarse del pelo en la fila cuando no eran observados.
El tema de las edades comenzó a preocuparme. Así me enteré que el que presidió el Congreso de Tucumán, Francisco Narciso de Laprida, a pesar de su solemne nombre de pila, en el momento de estampar su complicada firma en el acta de la independencia tenía ¡30 años! Prácticamente un prepuber.
Otro irresponsable: Martín Miguel de Güemes a los 21 años capturó un barco de los ingleses durante una de sus invasiones ¡con un grupo de paisanos a caballo! Y, yalanzado a la total insensatez contuvo a los españoles en el norte en una guerra de montoneras (con perdón de la palabra) a los... sí... sí... ¡31 años!
Pero, el colmo de los colmos Don Santiago. Y aquí creo descubrir el origen de nuestro insanable infantilismo. José de San Martín, al que muchos llaman el padre de la patria, tenía, cuando la batalla de San Lorenzo 35 años, cuando lo designan gobernador de Mendoza y organiza el ejército libertador 37 y cuando se larga a cruzar los Andes con todo ese ejército (tamaña irresponsabilidad) y atreverse a liberar a Chile ¡39 años! ¿se da cuenta? ¡Menos que el chiquilín del viceministro de economía!
Por lo tanto, Don Santiago, aquí hay algo que no encaja. O este país es un país de mocosos hecho por criaturas, o el odio de los ambientes que usted frecuenta está dificultando el normal funcionamiento de sus otrora brillantes neuronas.
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